Día 3: Bolonia

Nuevamente teníamos un estupendo día soleado, tras el desayuno salimos a las 9’30. Nuestra visita de hoy era la Basilica di San Luca.

De camino vistamos la BASILICA DI SAN FRANCESCO (la que ayer pillamos cerrada), entramos un momentito y continuamos ruta.



Llegar hasta la Basilica nos llevó alrededor de una hora y media, pero nos lo tomamos con tranquilidad; y podríamos decir que la ruta son como tres etapas diferentes.

La primera etapa es cruzando la ciudad hasta PORTA SARAGOZZA.


La segunda es por VIA SARAGOZZA, todo el rato por un camino de soportales.


Y la tercera comienza al llegar al PORTICO DI SAN LUCA E ARCO DEL MELONCELLO, que es donde se inicia la ascensión, también a través de soportales.


El camino es bastante curioso, siempre bajo los soportales, que van combinando cortos tramos de escaleras con rampas. También se puede llegar en autobús, desde el centro el 20 hasta Villa Spada y luego allí con el 58.






Desde algunos puntos se puede ver el centro histórico de la ciudad a lo lejos.



Los arcos están numerados desde Via Saragozza, la ascensión comienza en el arco 317, y finaliza en el 658 al llegar a la Basilica.




La BASILICA DI SAN LUCA en si no es gran cosa, pero si se dispone de tiempo es un paseo muy agradable. Horario invierno: 7 a 17 y los días laborables cierra de 12’30 a 14’30. Horario verano: 7 a 19. Visita gratuita.


Tras una breve visita, comenzamos el camino de vuelta al centro. Bajando nos entretuvimos en contar los tramos de escaleras, y nos salieron alrededor de 50, teniendo en cuenta que los hay de 6, de 7 y de 8 escalones, sumando todo salen aproximadamente unos 350 escalones.








Una vez en el centro pasamos por el hotel a dejar la mochila, y luego Alfredo subió a la TORRE ASINELLI, construida en el siglo XII por una familia del mismo nombre, inicialmente medía 60 metros, pero posteriormente ampliada hasta los 97 metros. Fue en el siglo XVII cuando se completo el interior con sus 498 escalones; que aunque son muchos según Alfredo no se hacen nada pesados. La verdad es que las vistas merecen la pena, y con tanta altura no es de extrañar que se vea toda la ciudad. La pena es que a aquellas horas se había nublado un poco. Horario: 9 a 17. Precio: 3 €.












Incluso se ve desde lejos San Luca al fondo.


Ya eran las 2 de la tarde, hora perfecta para comer, así que fuimos a PIZZARTIST, donde cenamos el primer día y que tanto nos gustó; a aquellas horas el minúsculo local estaba abarrotado, no paraba de entrar y salir gente; pero conseguimos un rinconcito donde poder comer. Las pizzas y las cervezas que nos pedimos nos costaron 14 €, deliciosas todas las pizzas.

Tras la comida pusimos rumbo al MUSEO DELLA RESISTENZA, que está en un antiguo Convento en Via Sant’Isaia (cerca de la Basilica di San Francesco). Es un pequeño museo que cuenta la historia de la Resistencia en Bolonia. Nuestra idea era echar un ratillo, pero había allí un chico de los del museo, con el que estuvimos hablando un buen rato tanta de Italia y la Segunda Guerra Mundial, como de España y la Guerra Civil. Al final echamos más de 1 hora hablando. Si solo se ve el museo, en 10 minutos has acabado, pero como nos acompañó en toda la visita e íbamos comentado cosas, la visita se hizo muy amena. Horario lunes y jueves: 15’30 a 18’30. Horario martes, miércoles y viernes: 10 a 13. Visita gratuita.



Volvimos a la Piazza Maggiore, y ahora sí conseguimos subir a la Terraza de la Basilica di San Petronio. Horario: 9’30 a 18. Precio: 3 €. Por la mañana la vimos cerrada, pero se ve que como están en obras, no siempre está abierta; se sube por el andamiaje, y no son muchos escalones, pero la verdad es que las vistas son bastante bonitas.






Tras está visita compramos unos regalitos y volvimos al hotel a dejarlos, como era pronto aprovechamos y le dedicamos un rato a internet para contactar con los amigos.

Sobre las 7 y poco salimos a por nuestro “aperitivi” y repetimos los lugares de que la tarde anterior, pero en distinto orden.

Fuimos primero al ZEROCINQUANTINO y nos pedimos lo mismo que ayer, las cervezas artesanales y el plato de embutido con los panes, hoy nos pillaba con hambre y lo disfrutamos más que ayer. Desde luego buenísimo y el local a tope como el día anterior.


Después al CDQ en Via Zamboni, donde nos pedimos nuestros “spritzs” que tanto nos encantan, pero este día el buffet de tapitas no nos gustó tanto, quizá porque no era tan de nuestro agrado como el día anterior, o quizá porque ya veníamos con lo que nos habíamos zampado en el local anterior.

Tras estos aperitivos, ya no teníamos más hambre, también porque en la comida nos pusimos de pizzas hasta arriba; así que volvimos tranquilamente al hotel, que nos pillaba a 5 minutillos.

Mañana nos íbamos de excursión en tren.

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